…y aproveche las ventajas!
El entrenamiento con la cuerda es una forma muy especial de entrenamiento funcional, ya que la larga cuerda de entrenamiento se centra en la resistencia, la fuerza y la coordinación. Y como las cuerdas no son un equipo de entrenamiento rígido, cada repetición es un poco diferente. Se puede conseguir un entrenamiento eficaz en muy poco tiempo y con mucha diversión e impulso.
Las cuerdas de crossfit son cuerdas de entrenamiento que tienen un cierto peso propio debido a su longitud y grosor, lo que las convierte en el objeto de entrenamiento perfecto. A diferencia de las cuerdas convencionales, las cuerdas están acabadas con un mango de goma, por lo que no se deshacen y son cómodas de agarrar.
La tarea de los alumnos es hacer vibrar la cuerda y mantenerla en movimiento. Sin embargo, esto no es tan fácil en la práctica como en la teoría, porque la cuerda de crossfit desarrolla su propia dinámica debido a la forma de la onda y la inercia de la masa. La estabilidad sólo puede crearse desde una posición de pie, lo que requiere una sentadilla estable. Para que la cuerda no tire del centro del cuerpo al mismo tiempo, el núcleo tiene que mantenerse contra ella durante cada ejercicio. Las cuerdas de crossfit entrenan simultáneamente la fuerza del cuerpo, los músculos de los brazos, la resistencia de la fuerza, la estabilidad de las piernas y el sistema cardiovascular.
La cuerda de crossfit ofrece innumerables ejercicios diferentes, en función del propio peso corporal, del peso de la cuerda y, por supuesto, de sus propias necesidades. Sin embargo, los ejercicios clásicos como las ondas alternas, las ondas serpenteantes en el suelo o el power slam pertenecen a todo entrenamiento intensivo con la cuerda. Estos ejercicios ilustran muy bien los puntos fuertes de la cuerda de crossfit: se puede alcanzar un alto nivel de esfuerzo con pocas repeticiones y en muy poco tiempo. Y como se desea en el entrenamiento funcional, el cuerpo se entrena como una unidad, ya que cada impulso de fuerza debe coordinarse desde las puntas de los pies hasta las manos.
A la hora de comprar una cuerda, los factores más importantes a tener en cuenta son el peso y la longitud, ambos interdependientes, por supuesto. También hay diferentes grosores de cuerda, que también influyen en el peso. Cuanto más larga sea la cuerda, más agotador será el entrenamiento. Pero la longitud de la cuerda también exige al terreno de entrenamiento y al propio aprendiz que el balanceo se transfiera realmente de forma limpia al ancla. Por regla general, las cuerdas cortas (de unos seis metros) están más predestinadas al uso en estudios, mientras que las cuerdas más largas (12- 15 metros) son ideales para el uso en exteriores.
No se necesitan accesorios adicionales para entrenar con una cuerda de fitness, sólo se necesita un sobre como anclaje. Los postes de la portería o de la canasta de un campo de fútbol, así como las farolas, los postes o los árboles son adecuados para ello. Es importante que el poste de anclaje tenga un alto grado de estabilidad. Además, un suelo lo más nivelado posible (hormigón, suelo de madera o vinilo) es óptimo porque las vibraciones se absorben y se emiten de manera uniforme. En una hierba más blanda, por ejemplo, el impulso de ejercicios como el Power Slam se hunde y así nunca se puede encontrar el ritmo adecuado.
Ya sea fuerza, velocidad o tensión corporal, las cuerdas de crossfit son la herramienta de entrenamiento perfecta para las unidades funcionales que suponen un reto y son dinámicas. Para una potencia intensa, sudores cortos o un HIIT agotador, no hay mejor compañero de entrenamiento que las cuerdas pesadas.